lunes, 8 de diciembre de 2008

Walkman: Hombre que camina por Oaxaca

Iván: por fin encontré la dirección del video, está aproximadamente en la mitad del texto, pero no se puede ver, puedes ayudarme a corregirlo por favor, gracias. Mi dirección es: claudiafalfan@gmail.com y la contraseña es: recabron.

bruno

Walkman: Hombre que camina por Oaxaca de Bruno Varela, video producido en el año 2000 en la comunidad indígena de San Lucas Tamotlán, Oaxaca.

El año de la producción de Walkman ya estaba desarrollado el sistema económico neoliberal en el país, las transacciones comerciales vía Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México, Estados Unidos y Canadá cumplían cinco años, en apariencia el país crecía, poco a poco se formaban nuevas empresas, el gobierno fomentaba la inversión extranjera, la privatización y los bancos brindaban créditos. En general, había una plena confianza en el gobierno por parte del sector privado. México vivió una época de auge alentado por las expectativas de ser considerado como un país del primer mundo.

Mientras la clase empresarial y política aumentaba sus ganancias, el resto de los mexicanos, y sobre todo aquellos que viven en la marginación y pobreza, veían mermar su ya deplorable calidad de vida debido a la falta de empleos bien remunerados y a la carencia de oportunidades de desarrollo. Se incrementaba la desigualdad, mientras unos pocos ganaban mucho, la mayoría vivía al día con un mínimo de ingreso.

La televisión se convirtió en la forma de consumo más descarado, ya que el televidente podía consumir cualquier producto (desde artículos de belleza o aparatos electrodomésticos hasta herramientas) con sólo hacer una llamada telefónica, incluso surgieron canales especializados para ventas.

La idea central de Walkman es el choque entre dos mundos distintos que conviven en un mismo país. Por un lado, la realidad de las comunidades indígenas, donde las condiciones de vida son muy difíciles, donde hay personas que luchan por subsistir. Por otro lado, encontramos toda la realidad hedonista y de consumo en México, donde los mensajes televisivos son cosa de todos los días. Las condiciones de vida y la realidad indígena y el hedonismo, son las ideas centrales en la producción de sentido sobre la cultura mexicana. Lo que es evidente es la desigualdad social que existe en el país.



En Walkman observamos el andar de un par de personas que caminan con mucho esfuerzo por la vereda de un monte hacia su comunidad, la situación común de las personas indígenas, cómo deben de caminar y cargar lo necesario para subsistir, en esta parte existe una comparación con los animales, ya que tanto el hombre y la mujer cargan objetos como el animal de carga, en este caso, la mula.

Este hombre realiza la misma rutina cuando necesita conseguir objetos y alimentos para su supervivencia, como podemos apreciar, esto lo hace por necesidad, no camina por buscar un atractivo físico o un bienestar, sino lo hace por la condición social que ocupa en la sociedad mexicana. Esta condición que viven las poblaciones indígenas en todo el país enfrenta situaciones adversas, las diferencias entre estas poblaciones y el mundo occidental existen, pero éstos últimos no desarrollan discursos que reflejen la realidad en la que viven los indígenas. La realidad habla por si misma.

Es la condición de este hombre oaxaqueño y su relación con la cultura mexicana; es decir, vivir aislados, no sólo por el hecho de que sus comunidades están inmersas en cerros y bosques, que tienen que caminar por varias horas para acceder a productos básicos; sino que están aislados socialmente, no hay políticas adecuadas que los incluyan para su beneficio y crecimiento. Sin embargo, a pesar de este aislamiento, son parte de nuestra cultura.

Vemos la imagen del hombre que camina con dificultades, subiendo por un sinuoso y largo camino, cargando con la frente lo que necesita, un contraste con la vida citadina y sus comodidades. Estos dos mundos son enfrentados gracias al montaje de imágenes, una distorsión sirve de preámbulo a la imagen de un sujeto que da el clima, que nos dice en general las condiciones son favorables para todo el país y remata la intervención con la frase “hay que refrescarse” lo que podemos interpretar como la burla de la condición del hombre que camina; acalorado, sudoroso, con los pies y manos encallados por el esfuerzo. Es una ironía que marca, aún más, las diferencias sociales y sobre todo las diferencias entre estos dos mundos, el mundo de lo indígena y el mundo urbano.

La ironía persiste con las imágenes que continúan, los infomerciales (comerciales televisivos) que fomentan y revelan la costumbre del hombre hedonista, ésta desigualdad entre convicción y condición, es decir, la convicción de consumir por gusto y la condición de hacerlo por necesidad, porqué finalmente nadie está fuera, aunque aislados e individualizados todos formamos parte del sistema capitalista. El consumidor, en este caso, es aquel que resuelve sus necesidades de información, de alimentación, etc., como el hombre que camina en Oaxaca y el consumista es aquel que consume por placer.

Todo es consumo. Sin embargo es un consumo que puede ser mediado y controlado, el control remoto es un medio de decisión, tengo la oferta de cientos de canales, yo tengo el control. El mismo Bruno Varela lo comenta: la idea del control remoto construye tus ideas es como una invitación a "úsalas o constrúyelas tú" tratando de insistir en la fricción y que te detone a una pregunta y si la coca cola es esta expansión. Llega aún cuan tan lejos te toque estar. Esto nos conduce a meditar en cómo consumimos y a reflexionar ante el bombardeo de publicidad, a saber elegir y consumir de forma inteligente.

Esperemos que las desigualdades mostradas en Walkman nos hagan reflexionar sobre los medios en que cubren sus necesidades los indígenas y despilfarro que muchas personas realizan desde la comodidad del hogar, por medio de una llamada telefónica, una burla e ironía con estas comunidades que carecen de los servicios más indispensables.

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