En sus obras, esta artista, busca la exploración del color y de las formas orgánicas; es decir, en ellas se puede ver una influencia del arte abstracto en cuanto se habla de las formas orgánicas y también se puede ver la influencia del arte expresionistas en lo que se refiere a la exploración del color.
lunes, 8 de diciembre de 2008
Jaxun.
En sus obras, esta artista, busca la exploración del color y de las formas orgánicas; es decir, en ellas se puede ver una influencia del arte abstracto en cuanto se habla de las formas orgánicas y también se puede ver la influencia del arte expresionistas en lo que se refiere a la exploración del color.
Máscaras y Bipolar
Máscaras
En el arte electrónico de Mascaras Gerardo García aborda la idea de un video-ambiente, mejor dicho, una pieza que destapa substancialmente la lectura de llenar un espacio con un orden cromático y en constante transformación, esto a partir del discurso del gran píxel. Cuarenta máscaras de luchadores mexicanos logran una analogía de cómo hasta éstas son susceptibles a sufrir mutaciones. La obra consta de dos video proyecciones simultáneas, una junto a la otra. De forma horizontal por un lado, las mascaras con acercamiento y del otro las que se conciben completas. En el video las transiciones lentas sirven para generar una serie de nuevos órdenes; nuevas máscaras generando una sucesión confusa de instantes cromáticos afortunados. Esta relación finaliza siendo una metáfora de la conducta humana y un replanteamiento digital hacia la significación del retrato.
Bipolar
Dentro del arte electrónico Gerardo García de la Garza reproduce una video instalación con un sistema de mecánica automatizada o robótica. Este artefacto cuenta con un pequeño motor programado para hacer girar 90 grados a una velocidad lenta y constante a un eje que sostiene un billete de 20 pesos con el retrato de Benito Juárez/ El rostro esta encuadrado por una mini cámara de alta resolución y a su vez proyectado. La variación constante del ángulo permite observar los diferentes estados emocionales de Juárez .Esta pieza consiste en un juego cinético y óptico, que gracias a la mínima intervención del artista, el espectador aprecia cómo el retrato de Juárez va del deleite a la depresión en materia de segundos, parodiando la perturbación bipolar. Consecuentemente se observan distintos rostros de billetes como el de Ernesto Guevara, (“Che Guevara”), Abraham Lincoln y Cristóbal Colón, todos ellos mostrando un lado obscuro.
Walkman: Hombre que camina por Oaxaca
Walkman: Hombre que camina por Oaxaca de Bruno Varela, video producido en el año 2000 en la comunidad indígena de San Lucas Tamotlán, Oaxaca.
El año de la producción de Walkman ya estaba desarrollado el sistema económico neoliberal en el país, las transacciones comerciales vía Tratado de Libre Comercio (TLC) entre México, Estados Unidos y Canadá cumplían cinco años, en apariencia el país crecía, poco a poco se formaban nuevas empresas, el gobierno fomentaba la inversión extranjera, la privatización y los bancos brindaban créditos. En general, había una plena confianza en el gobierno por parte del sector privado. México vivió una época de auge alentado por las expectativas de ser considerado como un país del primer mundo.
Mientras la clase empresarial y política aumentaba sus ganancias, el resto de los mexicanos, y sobre todo aquellos que viven en la marginación y pobreza, veían mermar su ya deplorable calidad de vida debido a la falta de empleos bien remunerados y a la carencia de oportunidades de desarrollo. Se incrementaba la desigualdad, mientras unos pocos ganaban mucho, la mayoría vivía al día con un mínimo de ingreso.
La televisión se convirtió en la forma de consumo más descarado, ya que el televidente podía consumir cualquier producto (desde artículos de belleza o aparatos electrodomésticos hasta herramientas) con sólo hacer una llamada telefónica, incluso surgieron canales especializados para ventas.
La idea central de Walkman es el choque entre dos mundos distintos que conviven en un mismo país. Por un lado, la realidad de las comunidades indígenas, donde las condiciones de vida son muy difíciles, donde hay personas que luchan por subsistir. Por otro lado, encontramos toda la realidad hedonista y de consumo en México, donde los mensajes televisivos son cosa de todos los días. Las condiciones de vida y la realidad indígena y el hedonismo, son las ideas centrales en la producción de sentido sobre la cultura mexicana. Lo que es evidente es la desigualdad social que existe en el país.
En Walkman observamos el andar de un par de personas que caminan con mucho esfuerzo por la vereda de un monte hacia su comunidad, la situación común de las personas indígenas, cómo deben de caminar y cargar lo necesario para subsistir, en esta parte existe una comparación con los animales, ya que tanto el hombre y la mujer cargan objetos como el animal de carga, en este caso, la mula.
Este hombre realiza la misma rutina cuando necesita conseguir objetos y alimentos para su supervivencia, como podemos apreciar, esto lo hace por necesidad, no camina por buscar un atractivo físico o un bienestar, sino lo hace por la condición social que ocupa en la sociedad mexicana. Esta condición que viven las poblaciones indígenas en todo el país enfrenta situaciones adversas, las diferencias entre estas poblaciones y el mundo occidental existen, pero éstos últimos no desarrollan discursos que reflejen la realidad en la que viven los indígenas. La realidad habla por si misma.
Es la condición de este hombre oaxaqueño y su relación con la cultura mexicana; es decir, vivir aislados, no sólo por el hecho de que sus comunidades están inmersas en cerros y bosques, que tienen que caminar por varias horas para acceder a productos básicos; sino que están aislados socialmente, no hay políticas adecuadas que los incluyan para su beneficio y crecimiento. Sin embargo, a pesar de este aislamiento, son parte de nuestra cultura.
Vemos la imagen del hombre que camina con dificultades, subiendo por un sinuoso y largo camino, cargando con la frente lo que necesita, un contraste con la vida citadina y sus comodidades. Estos dos mundos son enfrentados gracias al montaje de imágenes, una distorsión sirve de preámbulo a la imagen de un sujeto que da el clima, que nos dice en general las condiciones son favorables para todo el país y remata la intervención con la frase “hay que refrescarse” lo que podemos interpretar como la burla de la condición del hombre que camina; acalorado, sudoroso, con los pies y manos encallados por el esfuerzo. Es una ironía que marca, aún más, las diferencias sociales y sobre todo las diferencias entre estos dos mundos, el mundo de lo indígena y el mundo urbano.
La ironía persiste con las imágenes que continúan, los infomerciales (comerciales televisivos) que fomentan y revelan la costumbre del hombre hedonista, ésta desigualdad entre convicción y condición, es decir, la convicción de consumir por gusto y la condición de hacerlo por necesidad, porqué finalmente nadie está fuera, aunque aislados e individualizados todos formamos parte del sistema capitalista. El consumidor, en este caso, es aquel que resuelve sus necesidades de información, de alimentación, etc., como el hombre que camina en Oaxaca y el consumista es aquel que consume por placer.
Todo es consumo. Sin embargo es un consumo que puede ser mediado y controlado, el control remoto es un medio de decisión, tengo la oferta de cientos de canales, yo tengo el control. El mismo Bruno Varela lo comenta: la idea del control remoto construye tus ideas es como una invitación a "úsalas o constrúyelas tú" tratando de insistir en la fricción y que te detone a una pregunta y si la coca cola es esta expansión. Llega aún cuan tan lejos te toque estar. Esto nos conduce a meditar en cómo consumimos y a reflexionar ante el bombardeo de publicidad, a saber elegir y consumir de forma inteligente.
Esperemos que las desigualdades mostradas en Walkman nos hagan reflexionar sobre los medios en que cubren sus necesidades los indígenas y despilfarro que muchas personas realizan desde la comodidad del hogar, por medio de una llamada telefónica, una burla e ironía con estas comunidades que carecen de los servicios más indispensables.
domingo, 7 de diciembre de 2008
Proyecto Frontera de Lilia Pérez Romero
Lilia Pérez Romero es una artista digital mexicana que trabaja en sus obras principalmente todo aquello que va alrededor de la idea del individuo y la colectividad, jugando con las paradojas que esto presenta.
Tiene una obra llamada Proyecto Frontera (V.1 y V.2) que muestra de manera directa la temática que le inquieta: los individuos y su comunicación. Esta obra consiste en dos elementos principales: una cabina fotográfica donde el espectador puede tomarse un retrato en video que será después utilizado para formar parte de la parte interactiva de la obra que es una pantalla donde se proyecta la imagen de un personaje aleatorio que se nos muestra paciente como si estuviera esperando que le hicieran un retrato. Sin embargo, al hacer contacto con la pantalla con la mano, dicho personaje reacciona de la misma manera poniendo su palma contra la nuestra y su vista fija en ese encuentro. El retrato virtual está en un fondo negro de frente al espectador con una mirada un tanto ensimismada pero con expectativas de algo. Aparece el espectador y se da un acontecimiento tanto para la obra como para el espectador creando un vínculo y de manera directa un devenir. Voluntaria o involuntariamente uno es parte de ese juego de espejos y de miradas. Uno es obra y espectador, es real y virtual, pertenece a esa paradoja misma que puede ser la vida misma si lo llevamos a un plano más reflexivo. Aunque uno está en contacto directo con la imagen de otro y se puede interacutar por el tacto, existe una barrera tecnológica y virtual que nos limita cualquier tipo de comunicación haciendo de la obra algo que reune y separa al mismo tiempo, paradoja inicial de su obra.
El tiempo aquí también toma esa a-temporalidad lineal que nos menciona Christine Buci-Gluksmann donde se estetiza lo efímero gracias a la importancia del acontecimiento. El acontecimiento posibilita la obra y es la obra. Es nuestra imagen y la de muchos otros en esos momentos quienes son la obra.
Bajo la óptica de Michel Maffesoli, esta obra también contiene de manera explícita el concepto de imágenes-flujo dándonos así un vínculo con esta temporalidad antes mencionada. La obra se renueva y es porque se renueva, se le dota de nuevos personajes que no son nada más que realidades en lo virtual (también muy vinculado con las ideas deleuzianas).
DESORDEN QUÍMICO, UN PROYECTO DE JOSÉ LUIS GARCÍA NAVA
Cartografía de la Muerte: Teresa Margolles
Partiendo de la reflexión tanatológica, Teresa Margolles explora las distintas situaciones de vida y muerte en el ámbito social, sobretodo, su trabajo se centra en las muertes incógnitas, anónimas y violentas.
La ilegalidad en la que llegan los cadáveres, situaciones de robo, violación, asesinato, tortura, mutilación, no siempre permiten una identificación. Estel problema se extiende tanto para los familiares, quienes desconocen la situación de hallazgo del cuerpo, y por otra parte, no acuden a identificarlo dado los problemas legales a los que se enfrentarían.
El anonimato permite la continuidad de control de grupos y sectores que encuentran un espacio fuera del ámbito legal donde los mismos cuerpos abren el conflicto entre las autoridades, sobretodo, a partir del ámbito de violencia y corrupción que existe entre narcotraficantes, secuestradores, y grupos de mafia en relación a funcionarios públicos.
La muerte en los crematorios comunes cumple con la función de limpiar seres inexistentes socialmente, seres no identificados que en su mayoría, son asesinados y ultrajados violentamente. El trabajo de Margolles es posicionar mediante el fuego, esa otra muerte, la silenciosa y desapercibida, una muerte que no involucra a nadie más que al ser que quema los deshechos de un cuerpo ya sin vida, inerte, intrascendente que pasa a ser ceniza.
El fuego es el símbolo de la purificación, de los cambios y de la limpieza. El fuego es vida y soporte, de él emana el halo de la creación y se convierte en inicio y fin, símbolo de todas las culturas enfocado a la vida y la muerte.
La obra consiste en la cremación de un cuerpo no identificado hasta su consumo, de un carácter mucho más minimalista y concreto nos mueve al elemento de transición, denotando un devenir muerte, devenir fuego y ultimar vida.
II.Réplica 21: Vislumbres desde la Muerte
Réplica 21 es una muestra de 21 piezas; anillos, pulseras, brazaletes y collares elaborados a partir de vidrios encontrados en las víctimas. Cada pieza cuenta con una historia personal de violencia, agresión y venganza donde un ser humano perdió la vida.
El trabajo de recolección del material y su re elaboración como elemento artístico convierte esta exposición en una denuncia ante la situación de violencia que atraviesa el país, el proceso de recolección se levó a cabo en Sinaloa.
Además, la joyería Suárez, joyería oficial de los Reyes de España, ha prestado los aditamentos utilizados para mostrar las joyas dentro de las vitrinas. Cada pieza además, ha sido diseñada por un oficial del narco mexicano.
Pese a la campaña oficial de lucha contra el narcotráfico, cada día se hace más evidente las conexiones entre gobierno y narco, de la incapacidad de detener un conflicto social que lleva miles de intereses económicos y de la violencia que genera.
La obra de Margolles está posicionando elementos de conflictos cotidianos convertidos en objetos bellos, que sin embargo, encierran tras sus vitrinas una bomba social.
Los cuerpos se convierten entonces en vehículos mensajeros, aviones de papel que cruzan irrespetuosamente las fronteras, ideas ilegales que se mueven en zonas de guerra, de conflicto, apuntando a que todo ese horror bélico, esa violencia masiva sigue ahí, y ellos, los aviones, los mensajes, no se quedan estáticos, danzan, se mueven, precipitándose a su caída o deceso pero liberando su contenido.
Teresa Margolles está posicionado la congruencia entre el discurso y las personas físicas que son parte de este proceso. Estas manifestaciones son el resultado de una larga carga de conflictos, de abusos, de represiones y opresiones de poder y mentiras, de eso que Michel Foucault llama la microfísica del poder, donde a través de manifiestos, de obras, de sangre y de vidrio el presente no se olvida.
Hazeel T. Zárate Salazar
7 de diciembre 2008
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