domingo, 7 de diciembre de 2008

Cartografía de la Muerte: Teresa Margolles

La muerte son ojos de cristal, canicas que ruedan y se tropiezan con otras más, canicas de vida y de muerte. La exploración de la obra de Teresa Margolles es un diálogo entre la vida vista desde la muerte y de la muerte que vislumbra la vida.
Partiendo de la reflexión tanatológica, Teresa Margolles explora las distintas situaciones de vida y muerte en el ámbito social, sobretodo, su trabajo se centra en las muertes incógnitas, anónimas y violentas.









Las representaciones de su trabajo incluyen múltiples perspectivas abordadas desde la morgue, lugar donde aún se pueden reclamar los cuerpos de las victimas, sin embargo, dado el desconocimiento de los datos del cadáver, el proceso mayoritariamente continúa, llegando al crematorio o la fosa común, dejando el pleno desconocimiento de identidad, excluyendo el proceso legal hacia una situación que podría resolverse a partir del trabajo en conjunto con el Ministerio Público.

La ilegalidad en la que llegan los cadáveres, situaciones de robo, violación, asesinato, tortura, mutilación, no siempre permiten una identificación. Estel problema se extiende tanto para los familiares, quienes desconocen la situación de hallazgo del cuerpo, y por otra parte, no acuden a identificarlo dado los problemas legales a los que se enfrentarían.
El anonimato permite la continuidad de control de grupos y sectores que encuentran un espacio fuera del ámbito legal donde los mismos cuerpos abren el conflicto entre las autoridades, sobretodo, a partir del ámbito de violencia y corrupción que existe entre narcotraficantes, secuestradores, y grupos de mafia en relación a funcionarios públicos.

I. Exploración fuego: Crematorio, fosa común. Video septiembre-octubre 2003












El acto de morir no es simple. La muerte es una exploración personal que tiene un impacto único, y éste depende de la escala social. Los obituarios de los periódicos reflejan la muerte de un determinado grupo social, las funerarias corresponden al nivel socioeconómico del difunto y del ámbito en el que se desenvuelve su última estancia. Sin embargo, es escasa la información acerca de la muerte de los indigentes, de los parásitos sociales, de los vagabundos y de los vagos, de las personas que habitan la calle y se desenvuelven en esa otra ciudad, para la mayoría, desconocida, invisible.
La muerte en los crematorios comunes cumple con la función de limpiar seres inexistentes socialmente, seres no identificados que en su mayoría, son asesinados y ultrajados violentamente. El trabajo de Margolles es posicionar mediante el fuego, esa otra muerte, la silenciosa y desapercibida, una muerte que no involucra a nadie más que al ser que quema los deshechos de un cuerpo ya sin vida, inerte, intrascendente que pasa a ser ceniza.
El fuego es el símbolo de la purificación, de los cambios y de la limpieza. El fuego es vida y soporte, de él emana el halo de la creación y se convierte en inicio y fin, símbolo de todas las culturas enfocado a la vida y la muerte.
La obra consiste en la cremación de un cuerpo no identificado hasta su consumo, de un carácter mucho más minimalista y concreto nos mueve al elemento de transición, denotando un devenir muerte, devenir fuego y ultimar vida.

II.Réplica 21: Vislumbres desde la Muerte













Continuando con sus exploraciones sobre la muerte, Teresa presenta una obra de joyería realizada a partir de piezas de vidrio de ajustes de cuentas entre los narcos mexicanos. Obra que se presenta en la Galería Salvador Díaz, en España.
Réplica 21 es una muestra de 21 piezas; anillos, pulseras, brazaletes y collares elaborados a partir de vidrios encontrados en las víctimas. Cada pieza cuenta con una historia personal de violencia, agresión y venganza donde un ser humano perdió la vida.
El trabajo de recolección del material y su re elaboración como elemento artístico convierte esta exposición en una denuncia ante la situación de violencia que atraviesa el país, el proceso de recolección se levó a cabo en Sinaloa.
Además, la joyería Suárez, joyería oficial de los Reyes de España, ha prestado los aditamentos utilizados para mostrar las joyas dentro de las vitrinas. Cada pieza además, ha sido diseñada por un oficial del narco mexicano.









La muerte del otro deja su lado anónimo transformándose en conflicto social, las múltiples invasiones del narcotráfico en lugares cada vez más públicos en los diferentes estados de la República Mexicana, la corrupción de las autoridades y la lucha de poder entre los diferentes grupos, generan una tensión de fuerzas donde la población está siendo perjudicada y agredida.
Pese a la campaña oficial de lucha contra el narcotráfico, cada día se hace más evidente las conexiones entre gobierno y narco, de la incapacidad de detener un conflicto social que lleva miles de intereses económicos y de la violencia que genera.
La obra de Margolles está posicionando elementos de conflictos cotidianos convertidos en objetos bellos, que sin embargo, encierran tras sus vitrinas una bomba social.



















La influencia del narcotráfico en sectores de bajos y altos recursos genera tensiones por el control de los recursos económicos, convirtiéndose en la constante demanda de estos, generando presiones sobre poblaciones y grupos menores. El sistema político no corresponde a las necesidades reales y objetivas, por más que estas se promulguen, se hablen y se publiquen, tenemos un mundo donde la desigualdad, la marginación y la pobreza ocupan un porcentaje elevado, la situación precaria obligó en su momento a participar activamente dentro del narcotráfico y aunque la situación de subversión y rebeldía iniciada en su momento cambió radicalmente, el poder que alcanzaron estos grupos les ha permitido continuar una pugna sobre los derechos entre las vías de comercio.













Teresa Margolles explora esta situación en lo orgánico, a través de flujos, cuerpos, rostros, materiales que denuncien el caos en el que se desenvuelve el cuerpo, la violencia más allá de una obra que encierra connotaciones caóticas y catastróficas, pretende cuestionar el arte violento, la vida bélica cotidiana, no callarla sino denunciarla, y deslegitimizar las campañas oficiales donde presuntamente se combate a la violencia a través de hechos que demuestran su ineficiencia y corrupción.
Los cuerpos se convierten entonces en vehículos mensajeros, aviones de papel que cruzan irrespetuosamente las fronteras, ideas ilegales que se mueven en zonas de guerra, de conflicto, apuntando a que todo ese horror bélico, esa violencia masiva sigue ahí, y ellos, los aviones, los mensajes, no se quedan estáticos, danzan, se mueven, precipitándose a su caída o deceso pero liberando su contenido.


La violencia en la familia, entre tribus, clanes, regiones, pueblos, ciudades, países, la hemos convertido en algo habitual, es un platillo casero que se sirve todos los días pero que podría cuestionarse al encontrar una pieza de vidrio fracturado envuelta entre joyería de alta calidad.

Teresa Margolles está posicionado la congruencia entre el discurso y las personas físicas que son parte de este proceso. Estas manifestaciones son el resultado de una larga carga de conflictos, de abusos, de represiones y opresiones de poder y mentiras, de eso que Michel Foucault llama la microfísica del poder, donde a través de manifiestos, de obras, de sangre y de vidrio el presente no se olvida.



Hazeel T. Zárate Salazar
7 de diciembre 2008

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